JERUSALÉN, CIUDAD DE DIOS 

Jerusalén, ciudad de Dios, 
Hermoso hogar, lleno de amor; 
Glorioso Edén, lleno de luz, 
Lleno de paz y glorias mil 
Descenderá de lo alto de Dios, 
Como una esposa ataviada vendrá. 


Inconmovible construcción, 
Es la ciudad de nuestro Rey; 
Preciosas piedras jaspe son,
 Resplandecientes como el sol. 
Son doce puertas, que abiertas están, 
Y doce ángeles guardan su entrar. 


La claridad y luz de Dios 
Existe en ti la santidad 
Para alumbrar eternamente,
 Día y noche sin cesar. 
Ni sol, ni luna nos alumbrará 
Cristo el Cordero, lumbrera será. 


Morar en ti, será un placer 
Teniendo a Dios por nuestro Rey;
 Viviendo en paz, donde jamás 
Podrá la muerte penetrar. 
No habrá más llanto, clamor ni dolor 
Cristo Jesús todo nuestro será. 


Jerusalén, nueva ciudad, 
Se encierra en ti la santidad 
Pues no entrará el que hace mal 
Habla mentira y falsedad. 
Solo el que obra justicia y verdad 
Y se halla escrito en el libro de Dios.