GLORIOSO DÍA 

Glorioso día cuando escuché tu voz, 
Hablaste a mi alma con tierno y dulce amor; 
Entonces, Padre, mi alma conmovida, 
A Ti rendido, yo te pedía perdón. 

CORO 

Hoy la paz que inunda mi ser, 
Testimonio es de su perdón; 
Sólo Dios me pudo salvar, 
Y descanso a mi alma dar. 


Sin esperanza rodé en el mundo infiel, 
Y a la maldad entregué mi entero ser 
Y yo perdido en pecado y en desdén, 
Me despreciaban las gentes por doquier. 


No comprendía en mi malo corazón, 
Que Dios quitara del hombre maldición; 
Hoy por su gracia, la cual me ha alcanzado, 
En cruz clavado, con sangre me compró. 


Hoy es mi anhelo de Cristo cerca estar, 
Y con los santos al cielo quiero entrar; 
Yo se que en el cielo, feliz por siempre es uno, 
No más angustia, ni lágrimas allá.